“DERECHOS DEL HOMBRE Y DEL CIUDADANO” ¿QUÉ SON? ¿QUÉ INTERESES DEFIENDEN? ¿QUÉ HACER?
Por: FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO
7/22/2025


Desde la perspectiva emancipatoria, la obra de Marx está centrada en la lucha contra la enajenación y el fetichismo, dos caras de la dominación. Denuncia la explotación, como examen de la conciencia enajenada predominante en el modo de producción capitalista. Prueba que los “Derechos del Hombre” se originaron en la sociedad capitalista, modo de producción que exige “igualdad, libertad y propiedad”, ¡formas jurídicas determinadas por una relación económica! Tales “Derechos” NO derivan de la razón, ni del Estado, sino del MERCADO.
Los “Derechos del Hombre y del Ciudadano” difieren de los “Derechos Humanos”, en sus fundamentos y alcances. Los primeros fueron promulgados, originalmente, por la Asamblea Nacional Constituyente (Francia,1789). Son restringidos, aluden a los derechos/deberes de los individuos en su condición de miembros de una comunidad política –Estado/Ciudadano- y están reconocidos por las legislaciones nacionales –Vgr., elegir/ser elegido; participación política-. Su idea se integró al concepto más extenso de Derechos Humanos, hace parte de su doctrina y es su antecedente histórico. Los segundos, aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas (París, 1948), son universales; constituyen el principio esencial de protección a la dignidad personal, cualidad inherente al género humano –Vgr., derechos a la vida, libertad, igualdad, no discriminación-. Están consagrados en los tratados internacionales y en algunas Constituciones Políticas.
Siguiendo a Marx, el Estado/Religión son expresiones de las carencias ontológicas del hombre real y revelan su incapacidad para satisfacer sus necesidades naturales y controlar su existencia. Constituyen dos formas de enajenación de su voluntad, pues la someten a fuerzas creadas por él mismo. Al presentarse como forma universal, el Estado oculta y niega la particularidad a la que sirve –propiedad privada, cultura, ocupación, etc.-. Nos trata como ciudadanos en la esfera pública y nos consolida como personas privadas en el ámbito civil, cumpliendo la función intrínseca de mantener las diferencias que públicamente NO reconoce. Al respecto, asevera Marx: “Muy lejos de acabar con estas diferencias de hecho, el Estado solo existe sobre estas premisas, solo se siente como Estado político y solo hace valer su generalidad en contraposición a estos elementos suyos”. El Estado capitalista sacraliza las particularidades, las convierte en DERECHOS -“del Hombre y del Ciudadano”-, condenando al ser humano a una doble existencia -“HOMBRE” y “CIUDADANO”.
Al dividir los DERECHOS, las “Declaraciones” plantean dos modos de vida distintos: i- los del Hombre configuran su vida “privada”, egoísta; ii- los del Ciudadano su ser comunitario, su vida en común. Tales “Declaraciones” son la filosofía del Estado burgués, establecen ¡el ideal de vida irrealizable propuesto por el capitalismo! El Ciudadano, como ficción de universalidad, es “esencia sin existencia”. El Hombre, como individuo privado, es “existencia sin esencia”. De donde se infiere que la emancipación política por la vía del Estado debe descartarse, por cuanto es netamente formal: ¡el ciudadano existe, simultáneamente, con el hombre privado, sometido a la particularidad!
Examinadas las “Declaraciones” y sus Derechos del Hombre/Ciudadano –igualdad, libertad, propiedad, seguridad-, Marx percibe al hombre separado de los otros hombres y de la sociedad, enajenado de su esencia –ser genérico-, enfrentado a los demás. Los derechos consagran la existencia individual -“abstracta”-, de hombres carentes de esencia, enfrentados, replegados en su interés privado, indiferentes a la vida de la comunidad: “Muy lejos de concebir al hombre como ser genérico, estos derechos hacen aparecer la vida genérica misma, la sociedad, como un marco externo a los individuos, como una limitación de su independencia originaria”. Los Derechos Universales responden a una idea de individuo separado de la comunidad. En Consecuencia, el quid de la Historia y de la Emancipación, concluye Marx, se encuentran en la sociedad civil, de la mano de la economía política.
La Filosofía que es meramente crítica, generadora de conciencia, NO puede por sí sola satisfacer las expectativas de emancipación social. Tal liberación¡requiere del Pueblo!,para realizar la transformación de las condiciones materiales. La lucha se define a nivel práctico en la sociedad civil. En tanto que forma de conciencia, la filosofía está determinada por la realidad socialy exhibe dos limitaciones: i- la crítica es impotente para transformar la base material de la sociedad, actividad que exige la praxis; y, ii- la filosofía hace parte de la realidad que debe transformar. Conforme a Marx, “Lo mismo que la filosofía encuentra en el proletariado sus armas materiales, el proletariado encuentra en la filosofía sus armas intelectuales”. Y agrega: “[U]n pueblo sólo pondrá por obra la teoría en cuanto esta represente la realización de sus necesidades”. Ambas tesis reconocen el papel imprescindible de las ideas y la determinación de éstas por las condiciones objetivas. Corresponde al Pueblo –UNIDAD de talentos de hombres y mujeres, en condiciones pariguales-, darse la estructura organizacional correspondiente para afrontar acertadamente los retos que le impone su verdadera emancipación, la cual trasciende todas las “Declaraciones del Hombre y del Ciudadano”.
UBICACIÓN
Popayán, Cauca, Colombia