¿La amenaza norteamericana a Venezuela y Colombia debe preocuparnos?

Esta es una pregunta que nos debemos hacer en un momento en el que el gobierno de los Estados Unidos hace un gran despliegue militar en el Caribe y los medios masivos de comunicación, como las redes sociales promueven una gigantesca campaña mediática injuriosa contra los gobiernos de Venezuela y Colombia, para amedrentar por la fuerza a pueblos y dirigentes, y de esta manera, forzar una negociación política afín a sus intereses de los regímenes Venezolano y Colombiano. Esto es una clara violación del derecho internacional contra la soberanía de América Latina, no solo son estos dos países bolivarianos los amenazados, también todos aquellos que se nieguen a reconocer a los Estados Unidos como el hegemón, como la nación dominante en la región.

Se trata de una estrategia global de la derecha y el fascismo internacional, de las grandes corporaciones, del gran capital financiero, del neoliberalismo, para evitar su decadencia y colapso frente al advenimiento de los BRICS. La estrategia en Colombia es el golpismo, el LAWFARE, el desprestigio calumnioso de los grandes medios tradicionales contra el presidente, su familia y su entorno, se trata de un ataque combinado y articulado desde Washington y Miami, contra cualquier expresión progresista o nacionalista que surja en América Latina y evitar a toda costa, su alineación geopolítica con los países emergentes.

La coyuntura internacional que se vive en América Latina es distinta a la de los años 60 y 70 contra las oligarquías nacionales y el imperialismo norteamericano. Los Estados Unidos están en un proceso de decadencia económica, política y social de todo orden, y como animal herido, trata de salvarse. Para los latinoamericanos es la coyuntura perfecta para decidir continuar o no como vasallos de un imperio que tanto daño ha hecho, sobre todo, tanta violencia, tanta miseria, como el despojo y saqueo de nuestras riquezas naturales.

La preocupación ahora para demócratas y progresistas en Colombia, es entender el momento histórico y medir las implicaciones de lo que está ocurriendo, de tal manera que consciente y organizadamente asumamos la defensa de la soberanía nacional, el progreso y la unidad de América Latina. Tenemos que salir cuanto antes de la inercia política y prepararnos para que nuestra nación no continue indefinidamente en la dominación neocolonial y podamos defender el proyecto de transformación que nuestro primer gobierno progresista inició en el 2022. Por lo anterior hacemos un llamado como ciudadanías libres a las fuerzas de izquierda y progresistas, para que alcemos la voz y nos preparemos en la defensa de los intereses nacionales y sobre todo, de nuestra identidad nacional como colombianos y la de esa América Latina por la que luchó el libertador Simón Bolívar.

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