LA CRISIS DEL MARXISMO, COMO INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA

EL REALISMO DIALÉCTICO EN LA HISTORIA, un ensayo poco conocido del doctor Antonio García Nossa

Por: FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO

10/31/2025

“EL REALISMO DIALÉCTICO EN LA HISTORIA. La crisis del marxismo, como interpretación de la historia” (Ediciones Humanismo y Sociedad, Bogotá, 2006), es un ensayo poco conocido del doctor Antonio García Nossa, publicado merced a la tenacidad de Carlos Rugeles Castillo, curador de la obra. El subtítulo pudo sorprender/desconcertar a quienes lo conocieron como doctrinante marxista. Pero García NO fue un socialista dogmático, divulgador de “verdades indiscutibles”, sino un difusor crítico de sus doctrinas, transparente ante la reflexión rigurosa dentro del respeto a ciertos principios. Este escrito constituye la cumbre de su pensamiento filosófico-político, su contribución a la ciencia social crítica latinoamericana, al conocimiento de nuestra historia y a la filosofía universal. En el “Realismo Dialéctico”, Antonio García ponderó la dialéctica como “único medio de comprender la realidad en su conjunto, en su totalidad y componentes, en sus interrelaciones y conflictos, en su dinámica y fuerzas contradictorias, en sus dimensiones cuantitativas y cualitativas, en las posibilidades de preservación o transformación de esa realidad”. Agregó que “el modo dialéctico del conocimiento es la alternativa fundamental de la ciencia social crítica en la América Latina, el camino para formular los proyectos políticos de la nueva sociedad”. Planteó una transformación profunda del orden económico, la organización política, el tipo de Estado, la estructura clasista, las relaciones sociales, la función de la cultura y subrayó que, la nueva ciencia social, es el dispositivo necesario para interpretar/transformar la organización y dinámica fluctuante de la sociedad. Tesis: la ortodoxia marxista, de conformidad con García, supuso haber alcanzado la forma terminada de la filosofía dialéctica -Materialismo Histórico-; hipótesis falsa, porque sobrevaloró la importancia de la estructura productiva y las relaciones sociales engendradas por ella; desestimó las funciones supraestructurales -política, filosofía, derecho, ética, cultura, moral, religión, etc.-; ignoró la intensidad de las leyes de interdependencia que operan en el pensamiento, la naturaleza y la sociedad, su condicionamiento mutuo e interacción recíproca. Tal axioma infiltró en la metodología marxista categorías de presunto empleo general y trocó “los principios de interdependencia por el dogma del materialismo histórico; la afirmación de que la estructura económica condiciona, en última instancia, el desarrollo de la historia, es su motor y causa; y, determina o modela los restantes factores supraestructurales". Enfatizó que, para el marxismo, el actual problema histórico consiste “en determinar las leyes de la interdependencia de los factores supraestructurales en relación con la estructura económica. Cuando el marxismo hace crisis -como filosofía materialista de la historia-, asume una estructura escolástica que afianza los elementos absolutistas de su pensamiento y debilita o anula los factores dialécticos". García señaló que "todo sistema de ideas es un efecto y una causa: como efecto, se relaciona con un tipo de sociedad -con una dinámica, unos problemas, unas exigencias, un estilo- y con un sistema o corrientes de ideas; como causa se relaciona con los movimientos que determina en la historia, operando sobre ella, a través de los múltiples canales de la acción política, religiosa, moral, estética o de cualquier otro orden". García examinó tres rasgos de la filosofía dialéctica, en la comprensión de la Historia: i) se desarrolla en forma de proceso, condicionada por las leyes de la causalidad; NO surge espontánea/definitivamente. ii) su estudio es multiperspectivo; el investigador los integra, para interpretarla correctamente. Y, iii) su sentido se origina en sí misma; oponiéndose a quienes le atribuyen significado metafísico. Advierte que, "comenzamos a descubrir el espíritu de las épocas… La historia podrá comprenderse -como proceso, enseñanza, experiencia humana- en la medida en que conozcamos sus formas, su proceso, su contenido, su espíritu". Afirmó que la limitación antidialéctica/absolutista del sistema hegeliano radica en ser un modelo hermético -fusiona el método con los resultados de su aplicación histórica-, "un sistema universal cerrado” al decir de Engels. Añadió que, tal deficiencia del método hegeliano es aplicable a Marx, por cuanto somete la historia a un enfoque unidimensional, al predominio de la estructura económica sobre los demás factores de la vida social, convirtiendo la dialéctica en “un sistema dogmático de pensamiento", puesto que reconoce a priori la Causa Causarum de la estructura económica. Acotó García que "el materialismo conlleva una subestimación de la acción recíproca de los factores constitutivos de la vida histórica y una sobrestimación del factor económico, situándolo en la condición sempiterna de motor de la historia". La última fase de desarrollo del método dialéctico aplicado a la cognición de la Historia, según García, corresponde a la del realismo dialéctico, caracterizado por: i) reivindicar/orientar el método hacia la investigación dinámica de la sociedad. ii) suprimir la Causa Causarum económica; reconocer las leyes de interdependencia; y, moderar el ángulo de enfoque único/dominante. iii) aplicar "la teoría de la perspectiva múltiple, condicionada a cada época histórica”. iv) renunciar a los conceptos de "proceso histórico lineal” y de "hombre racional", para percibirlo en su "contradictoria complejidad de elementos racionales e irracionales". Esta perspectiva, permite apreciar la dinámica del pensamiento dialéctico teórico/práctico-; las causas/leyes que lo rigen; la “personalidad” de los ciclos históricos y la transformación de la realidad históricosocial. Antonio García negó la Causa Causarum económica del marxismo dogmático; propuso encauzar las fuerzas sociales progresistas hacia un nuevo proyecto de vida que garantizara el “sentido humanista de la economía, el valor trascendental de las libertades y la integración de los derechos civiles/políticos/sociales del hombre”; formuló el nuevo socialismo como estrategia para rebasar el atraso, lograr el “desarrollo”, consolidar las bases materiales/espirituales de la moderna sociedad, cristalizar la democracia y desplegar plenamente las potencialidades individuales/comunitarias.