MEDIOS Y CREACIÓN DE LOS SIGNIFICANTES POR LA CULTURA

PEDRO NEL GALÍNDEZ VELASCO pgalindezvelasco@gmail.com

5/4/2025

Las redes aplanan conductas
Las redes aplanan conductas

Contenido de mi publicaciónVivir de manera efectiva significa poseer la información adecuada. Hay que preguntarse cómo las ciencias actuales construyen y deciden las condiciones y ambientes de vida que habitemos con otros, cuando ni siquiera sabemos darnos cuenta y menos, reconocernos en los oficios ancestrales y los nuevos virtuales cuando utilizamos pedagogías y sus didácticas híbridas emergente en nuestras cotidianidades. Sin duda nos percibimos de pronto, atados a un agujero negro y pareciera que no entendemos lo que está ocurriendo, pero lo ignoramos y así nos lo cuenten voz a voz, en libros, en las redes sociales, etc., simple, no lo creemos y seguimos sin saber por qué.

Hoy las redes de comunicación e información digitalizadas coordinan el sonido y la imagen en un universo virtual codificado inmersivo aplanando conductas y comportamientos con diversión y entretenimiento en un cine perpetuo. En su función agita las mentes en torbellinos, segmenta la imaginación e interviene la praxis colectiva de las poblaciones que distraídas y dispersas conectan ilusionadas sus deseos insatisfechos en redes sociales masivas. En contravía, es la oportunidad emergente para las culturas diversas y creativas inscribir sus escrituras corporales vitales en resistencia a la propaganda y publicidad híbridas que formaliza humanos extrañados de su realidad primera que, a cambio, recibe expandidas dosis personal de técnicas y simbolismos virtuales digitalizados y, sin saberlo, no los puede pensar ni evitar, sólo repetirlos al infinito inmediato.

Nuestro sentido común va inmerso en metalenguajes de todo tipo y géneros. En sentido neto y simple vivimos situaciones en tránsito de realidades porosas y densas, no sólo virtuales ni meramente simbólicas sino una historia mortal y perecedera de transformaciones materiales inevitables. Por obvios, intentamos abarcar todo lo dicho, lo pensable, lo visto y lo vivido, siguiendo diversas rutas lingüísticas, cazados por ritmos neuronales ordenados en algoritmos aritméticos programados en el celular, la televisión y sus temas, del computador que nos anclan a segmentos de población reunidos por modelos de datos que indician y anuncian en su diseño realidades instrumentales para ser útiles a la sociedad global de negocios previstos. Toda actividad empírica de tu a tu, la voz a voz, la constitución emocional de ambientes en interacción circunstancial de cuerpos y sentidos nos da un lugar gaseoso detrás de finitas redes de lenguajes especializados que institucionalizan modelos educativos formadores de masa social para labores que el mercado requiere, periódicamente.

Paradójicamente, hemos sido gestados en complejidad por biología, por sociabilidad, por culturas en nuestra propia capacidad individual y personal como seres simbólicos. Poseemos un alto grado de anticipación, de cálculo y medición, de intención, involucradas en la sensibilidad y razonabilidad con las que construimos ideas y recreamos en inmediatez y trascendemos lo urgente en lo emergente. Significa que si muta el lenguaje también muta nuestra corporalidad y sus escrituras generando otros códigos situados que nos abocan a discernir, a habitar y fluir con otros en la fiesta inusitada de nuestras plasticidades. De esta manera, originamos rupturas, grietas, porosidades disruptivas desde significantes activados en su novedad; entonces, ahí, abrimos accesos y nos podemos interpretar vitales. Para algunos, nos comunicamos de determinada forma porque nuestros gestos faciales codifican a un determinado número de músculos activando sentido hacia otros por diversas expresiones. En semejanza, las cuerdas vocales son una específica estructura membranosa que informa de la función de nuestro aparato fonador, es decir emitimos nuestro lenguaje compartido. Entonces, es básico indicar que el significante no refiere directamente al objeto o a la experiencia sino a aquello que lo subsume, lo abarca y de él surgen intuiciones, ideas, conceptos en generación aplicados en el lenguaje y en la corporalidad. Por ello, adquiere preponderancia el universo de lo simbólico y su toma de sentido en la emergencia creativa de cada cultura pues, en ellas, habitamos y damos forma a la experiencia directa vivida e incluso a la misma historia de las culturas y de las civilizaciones.

No es fortuito la esencial importancia contemporánea que asignamos a la memoria. Percibimos y actuamos ante señales, somos llave, códigos prestos a ser leídos sin las necesarias referencia a casos directos o a la experiencia o al decir de otros. Aquí habita potente nuestro sentido común. En cualquier relación y ambientes tenemos servidores, bancos, tiendas, parques que, activados e integrados a nuestras potentes necesidades colectivas y personales, se nos presentan disponibles a los demás sentidos que, si confluyen en integralidad denominamos inteligencia de especie y social.

Así, somos capaces de percibir, registrar y habitar en los significantes o mundo simbólico y transformarlos a nuestro favor. Asumimos la interpretación vivaz y actual en el acto de vida como apertura crítica al descubrirnos en las intuiciones, en las ideas, en las conceptualizaciones de otros. Identificamos sensaciones, series, temas que agrupadas e integradas desatan un conjunto determinable de significados sociales, culturales y tecnológicos y ambientales, vivimos con otros.