“MODELOS OPERACIONALES” Y DESARROLLO RURAL

Es inevitable preguntarse si la reforma agraria tiene validez histórica/vigencia práctica, considerados los cambios internos/externos ocurridos en el agro durante las últimas 4 décadas y los nuevos contextos económicos/sociales/políticos de Colombia, desde una perspectiva estrictamente pragmática.

Por: FERNANDO SANTACRUZ CAICEDO

10/12/2025

cAMPESINOS Y REFORMA AGRARIA
cAMPESINOS Y REFORMA AGRARIA

Es inevitable preguntarse si la reforma agraria tiene validez histórica/vigencia práctica, considerados los cambios internos/externos ocurridos en el agro durante las últimas 4 décadas y los nuevos contextos económicos/sociales/políticos de Colombia, desde una perspectiva estrictamente pragmática. Si la respuesta es afirmativa, la reforma exige aplicar métodos plurales para orientar los procesos hacia el desarrollo agrario. Los “modelos operacionales” analizan las condiciones concretas de un país específico, en un momento histórico determinado. Entre otros parámetros establecen: i) área que servirá como unidad operacional –extensión territorial flexible, soporte de la aplicación del método-. Tipos de superficie; ii) recursos financieros/tecnológicos estatales, comunitarios y de otros sectores sociales; iii) acción simultánea sobre el aparato productivo/economía de mercado; iv) función decisiva de las empresas asociativas campesinas; capacitación gerencial y organizativa del campesinado, núcleo de la planificación del desarrollo rural. Tal enfoque supone la COEXISTENCIA del modelo operacional con el avance agrícola presente.

En su libro “Modelos Operacionales de Reforma Agraria y Desarrollo Rural” (1985), el Profesor Antonio García Nossa analizó los siguientes conceptos: i) PRESIÓN NACIONAL sobre la tierra –reemplazó el de presión campesina y estudió las diversas fuerzas socioeconómicas que operan sobre una estructura agraria específica-; ii) tipificación histórica de las reformas agrarias -experiencias latinoamericanas relacionadas con la tenencia territorial -enfoque espacio/temporal; y, iii) modelos operacionales de reforma agraria o desarrollo agrario por áreas.

García expuso el concepto de presión nacional sobre la tierra, en su obra “Reforma Agraria y Economía Empresarial en América Latina” (1967). Definió la naturaleza/intensidad de las fuerzas que presionan -desde adentro/afuera- una estructura agraria: incremento poblacional; formas de asentamiento; grados de urbanización; demandas de la industria manufacturera; inserción económica en la estructura multinacional; exigencias fiscales/financieras del Estado; crédito externo, para financiar las operaciones de desarrollo. Amplió/revaluó el concepto de presión campesina sobre la tierra, limitado a latifundios/aparcería; incluyó las áreas minifundistas, campesinos precaristas, comunidades étnicas. Estudió el latifundio como constelación social –“Sociología de la Reforma Agraria en América Latina”, 1973-. Resultado: MODELO DE REFORMA AGRARIA POR ÁREAS –Perú, Ecuador, Venezuela, República Dominicana-. Explicó que las tipologías de reforma agraria latinoamericana son constructos conceptuales, a posteriori, para entender las experiencias en países con procesos de transformación. Y, que los modelos operacionales son proyectos, a priori, para intervenir sobre la estructura agraria/condiciones de vida del campesinado.

El modelo operacional por áreas viabiliza el desarrollo rural, SIN REQUERIR TRANSFORMACIONES PREVIAS en el contexto político. Reconsidera el desarrollo rural, a partir de: i) problema agrario, sumergido en el marco transnacional; ii) modificación en la estructura mundial del mercado -productores de materias primas, inhabilitados para impulsar autónomamente el desarrollo de la ciencia/tecnología; iii) subordinación agrícola al sistema urbano industrial; y, iv) renuncia de los ideales revolucionarios –años 60-, que impelieron transformaciones radicales. Sostiene que las reformas agrarias deben proponer programas de desarrollo rural, basados en un proyecto orgánico de cambio que considere: i) organización campesina; ii) sistema de empresa; iii) transferencia de crédito/tecnología; iv) formas/métodos de transmisión cultural; y, v) órganos/servicios estales y modernización de la economía de mercado. Confirma que actualmente (1985), es absurdo adelantar programas globales de transformación que afecten simultáneamente todo un país y toda la economía nacional, pues serían ineficaces sin apoyarse en un sistema de planificación económica/social.

El Profesor García investigó detenidamente los alcances de la operación por áreas –estructura territorial/ecológica y político/administrativa de cada país- y la acción planificada a corto plazo. Planteó que los modelos operacionales de reforma agraria/desarrollo rural exigen la iniciación de los procesos desde la base. Los experimentos del modelo operacional de reforma/planificación del desarrollo agrario probaron su operatividad, entre 1969-73, en Anta (Perú); Chile: Centros de Reforma Agraria; Chontalpa (México) y valle de Aguán (Honduras). Su implementación a escala por el Estado, por empresas campesinas y estructuras asociativas, evidenciaron su efectividad. El modelo enseñó que la unidad de operación es el área de desarrollo agrario, integrada por diversos tipos de unidades productivas o de empresas campesinas asociativas.

García probó las condiciones flexibles del modelo para adecuarlo al funcionamiento en diversos contextos sociopolíticos: i) área crítica de reforma agraria; ii) área de desarrollo agrario; y, iii) concepto orgánico de área reformada. Dada la naturaleza de los modelos operacionales -global/intermedio/primario-, éstos se diferencian por la escala de operación, haciendo posible que en un mismo país se pueda trocar paulatinamente un modelo por otro, sin romper la coherencia metodológica, ni provocar choques institucionales, mientras se modifica el contexto sociopolítico. El concepto orgánico de ÁREA REFORMADA es sustancial al ejecutar la planificación del desarrollo agrario por superficies, porque integra regionalmente las unidades productivas emergentes de la reforma agraria, las nuevas empresas agroindustriales del Estado y las economías campesinas en proceso de transformación. El enfoque de EMPRESA CAMPESINA ASOCIATIVA de producción es componente esencial del modelo, sostén de la planificación en la base, por cuanto favorece la canalización de recursos tecnológicos/financieros desde el Estado/economía de mercado hacia las unidades productivas, permitiendo la participación activa del campesinado en la gestión económica.

En su texto “Cooperación Agraria y Estrategias de Desarrollo” (1976), el Profesor García demuestra que no existe un sistema corporativo, comunitario o autogestionario de carácter universal, sino tantas formas organizacionales como estructuras sociales/económicas/políticas hay. Por eso es relevante descubrir los modos concretos de cooperación/autogestión agraria, que permitan instrumentar en América Latina las estrategias de desarrollo económico-social a corto/largo plazo.

La AGRICULTURA ASOCIATIVA, fundada en la integración de cooperativas de producción, empresas campesinas comunitarias, sociedades mutualistas de trabajo, formas autogestionarias, etc., es la viga maestra de la planificación del desarrollo agrario por áreas/regiones/espacios. Esas unidades de base deben planificarse con criterio de desarrollo regional. La planificación abarca los elementos que conforman la región, en el marco del desarrollo nacional. Dentro de esta óptica, la empresa campesina asociativa de producción adquiere suprema importancia teóricopráctica, en cuanto armoniza eficazmente los diversos programas operativos:

i) investigación científica/tecnológica, vinculada con los problemas particulares del desarrollo agrario en el área; servicios de extensión/transferencia de tecnología; ii) capacitación campesina; iii) financiamiento del desarrollo agrario, utilizando las posibilidades financieras de la agricultura asociativa; iv) agroindustrialización; y, v) modernización de la economía de mercado; eliminación de economías campesinas, aprisionadas en la agricultura de subsistencia/intermediación local.

En las circunstancias presentes de capitalismo financiero/informacional, distintas a las de la república señorial, Colombia reclama una reforma agraria estructural y desarrollo agrario con énfasis distributivo en las regiones que lo requieran –áreas críticas-; y, otras potenciaciones –áreas de desarrollo agropecuario/reformadas-, conforme a las necesidades específicas de cada zona. Los MODELOS OPERACIONALES colman las expectativas reclamadas por el crecimiento económico/bienestar rural, sientan las bases para la agroindustrialización del país y el pleno despliegue de sus recursos económicosociales, políticoculturales y ambientales.